sábado, 8 de agosto de 2015

ASPECTOS MUNDANOS


El compendio titulado 5 Fórmulas para el bienestar de España es un trabajo, que se regala comprando la novela titulada ESCAPE. Marca un camino pacífico hacia la justa distribución de la riqueza. En él se determina un formato de sociedad que innova el capitalismo y lo regula en beneficio de las personas físicas, estableciendo un modelo de vida que magnifica la libertad del hombre, la democracia de la que es participe y las consecuencias de sus obras. En definitiva, muestra a la luz un sistema nuevo con el que se pueden resolver (al menos en su inicio) los mayores problemas del mundo: la existencia en armonía de los seres vivos en un medio saludable.

Siempre entendí que nosotros (los hombres) formamos parte de la madre Naturaleza y, efectivamente, continúo manteniéndolo, si bien, posiblemente, la evolución tocó techo con nuestro emerger y las sucesivas generaciones que nos sustituyan fijando la existencia a explícitos niveles de adaptación y capacidad a tenor de la influencia que podamos ejercer sobre la misma. En un principio, apenas si eran perceptibles los acontecimientos humanos que  pudieran afectar a una infalible y mutable  Naturaleza. Tal vez, el descubrimiento del fuego o  las reacciones atómicas dieron paso a ciertas alteraciones en la susceptibilidad de la misma. El modelo evolutivo del hombre se desarrolla merced a un sistema neuronal específico que potencia un cerebro tendente a malograr los ciclos a los que La Tierras está sujeta. Y todo ello, sin medir ni conocer sus consecuencias.

A nadie se le oculta que la especie humana terminará construyendo un ser humano con prácticas sintéticas no contempladas por la propia evolución. Tal supuesto, entonces, comenzará a formar parte de dicha evolución. Sin embargo, actualmente, algo tan simple, a ras del suelo, como el hecho de mejorar la vida de la gente, el medio ambiente, evitar las guerras y entendernos, para no morir de hambre, por ejemplo, no es, ni por ensueño, un modelo ejemplar que venda,  y haya de ejecutarse para llevarlo a cabo.

¡Qué tristeza! ¡Cuánta tristeza produce!

Mantendré, por consiguiente, la ilusión divulgando (en los libros aludidos) el Plan de Ciudades Ocupacionales (PCO) antes que me convenza de lo contrario; es decir, tendrán que persuadirme de su negatividad, de la razón por la que la limitación de rentas no es posible o a la gente ociosa no se la puede ocupar necesitada de una mínima retribución para vivir. Dejémonos ya de invocar principios vacíos de contenido. Dejemos de pedir para la virgen, que ni come ni cría. Sólo las personas exploramos la conciencia y somos la vida ¡Qué ésta circule!

¿Y qué, si se regula la propiedad privada y desaparece con la muerte de su titular? Entre siglas de entes y  sociedades no pueden estar encerrados  patrimonios para eludir impuestos y que de ellos gocen (sin incluir en sus ingresos) sujetos insolidarios como si fueran suyos. Los bienes o servicios (salvo si son sus mercancías) las empresas no pueden utilizarlos; ellas, ni se alimentan, ni conducen, ni precisan de viviendas. A su nombre sólo transitan anotaciones en sus cuentas, sin manejar dinero que únicamente son sus valores de cambio. Las personas físicas habrán de estar, a todos los efectos, bien diferencias de las jurídicas, tasados sus cargos y plazos, que puedan elegir las estelas de sus deseos y capacidades, buscando su vocación y sabiendo que a sus hijos nada material les ha de faltar (previsto en el Sistema). Derechos y bienes  sensibles para la vida no formarán parte de la oferta y la demanda de mercados especuladores, sino de mercados comerciales regulados por entes superiores elegidos.

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