domingo, 27 de agosto de 2023

ACABEMOS CON EL MAL IV

 

La prensa, radio y televisión son negocios (no lo olvidemos) que atraen nuestra atención bombardeándonos con noticias, sucesos y demás entretenimientos sensacionalistas, irracionales y sin escrúpulos, para que veamos sus anuncios y el ánimo de lucro cumpla su último fin: ganar dinero. Ello afecta a quienes los utilizamos convencidos de su fidelidad cuando, no siempre, es así.

Empresas que, como todas, han de estar en comunión con sus trabajadores y viceversa; si bien, alguna de ellas, desconfíen hasta extremos inauditos y (transcribo) “recomiendan a los trabajadores traer pantalones sin bolsillos y, si tienen bolsillos, han de proceder a coserlos”.

“Los inspectores de trabajo recuerdan que la regulación permite “al empresario adoptar medidas para la protección” de su patrimonio, pero advierten que estas serán lícitas “mientras no produzcan resultados inconstitucionales” en contra”.  Lo que no dicen es el porqué, en general, no se regulan las remuneraciones de los políticos y los miembros de los consejos de administración que se asignan sus propios sueldos; lo que cobran los agentes judiciales ante una quiebra que hacen eterna o los intermediarios y comisionistas; los mandos superiores de instituciones de todo tipo, sufragadas con nuestros impuestos, o los emolumentos desorbitados como los de Rubiales y un largo etcétera que carecerían de importancia si los de a píe cobraran lo suficiente para poder vivir aunque trabajen. Diferencias tales que claman al cielo y, cada vez más, irán distanciándose si no ponemos límites a los cargos o coto a los porcentajes.

Hay razones para hacerlo.  Una: cualquier subida de los salarios, aunque el porcentaje sea idéntico, aumentará el desequilibrio, ya que se parte desde la desigualdad. Ni que decir cuando las diferencias son muy acusadas mantenidas en el tiempo. Dos: Los precios se encarecen lo mismo, a todos por igual, y en especial los básicos de alimentación y los estudios, estos, que no pueden costearse, salvo los ricos, porque valen un montón. Tres: siempre habrá una causa, una razón, un motivo, una justificación… para ir moderando las diferencias existentes en todos los órdenes y tratar de acercarnos a la libre decisión de poder tener la misma igualdad de oportunidades por mucho que la Naturaleza nos haya dotados de distintas capacidades y fortalezas, aunque lleguemos desnudos y pertenezcamos a la misma especie.

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