martes, 14 de febrero de 2012

EL PLAN DE CIUDADES OCUPACIONALES

Hasta aquí toda persona que haya seguido mi blog, se habrá percatado que, desde el principio, preconizo que todo hombre ha de disponer de lo suficiente para vivir, (respirar, alimentar el cuerpo y el espíritu, tener salud, cobijo y disponer de las mismas oportunidades que los demás); desarrollarse, individual y colectivamente, destacando la Honorabilidad, Transparencia y Rentabilidad y lograr su felicidad (aquello por lo que uno hace lo que le place) por encima de cualquier partido o credo (impuesto por miedo o compromiso) y morir como nació (por azar) sin nada que dejar, sin nada que traer o llevarse.
Di a conocer, argumentando la Teoría de los números primos: Un principio sin duda realista tendente a que los ingresos no sólo nos distancien en menor medida, sino que orienten nuestros estímulos hacía lo que nos gustaría hacer por placer y no por obligación. Posibilita la capacidad de administrar el tiempo libre a nuestro antojo. El Apagón económico tratando de atajar actuaciones perversas en beneficio de la colectividad; adecua medidas reguladoras a la propiedad; genera procesos mercantiles  de actividad económica y optimiza los recursos. La Transición personal por la que el divorcio entre lo íntimo y social ha de ser un hecho, impidiéndonos publicitar lo privado (porque dejaría de serlo) para convertirlo en público y, por tanto, someterlo al tributo correspondiente. Hoy nos toca presentar una medida principal bautizada como el Plan de ciudades ocupacionales. Un plan pensado para acabar con el paro: esa lacra que crea indefensión. Ese estigma social que denigra al individuo, que empobrece a la sociedad.
¿Estamos en disposición de abolirlo? Por supuesto. No hay duda: puede llevarse a cabo.
El Plan consiste en ocupar a toda persona que no tenga trabajo, a cambio de un salario mínimo de supervivencia. Será un asalariado más, un funcionario honorario, que cumplirá con lo que se le encomiende en la jornada laboral que le corresponda. El salario le permitirá disponer de lo suficiente para vivir, conforme a lo antes apuntado y podrá materializarse en efectivo o en especie (asegurando lo suficiente indicado).
Excepcional y temporalmente, dada la terrible situación actual de paro, los contratantes (la administración y demás) estarán exentos del 50% de pago a la seguridad social.
Si desde el nacimiento toda persona ha de tener cobertura económica (por parte de la Administración) para procurarse comida, vestido y hogar (salud y educación gratuita); no ha de temer nadie quedarse desempleado, porque pasará a ser Funcionario honorario inmediatamente. Por tanto, si la huelga es un derecho que asiste al trabajador, el despido libre deberá ser un derecho legal y reconocido para que las empresas lo ejerciten (ambos derechos en determinadas ocasiones, justificadas y controladas). Por otra parte, los recursos que dispondrá la Administración (viviendas, fincas y otros inmovilizados obtenidos como vimos al tratar del Apagón económico) han de servir para pagos en especie, facilitar la movilidad geográfica, compensar carencias, explotar recursos improductivos y flexibilizar otras utilidades.
Lo primero que el Proyecto de Ciudades ocupacionales pretende es no dejar a nadie desprotegido. Todas las personas, salvo excepciones obvias, estarán ocupadas. La actividad que realicen les permitirá cobrar lo mínimo necesario para vivir. Un mínimo de subsistencia que cada año determinará el Gobierno a propuesta de los sindicatos.
Se efectuarán un sin fin de actividades que generen beneficios sociales a la comunidad; que permitan la creación de nuevas empresas; que fomenten el consumo dinamizando la economía; que organicen y aviven estímulos personales, valorándonos, siendo  útiles y un largo etcétera que surgirán como surge la energía cuando se está en movimiento ¡Hay tantas cosas por hacer!
Estar desempleado es como estar muerto. Y nadie quiere morir, aunque los miserables lo propicien para repartirse más despojos.
Que la Paz y el Amor nos una

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